miércoles, 25 de noviembre de 2009

La verdadera trascendencia del ser humano.












Debido a mi ausencia por 3 años de la Ciudad de México y por ende de mi H. Aula Mater hace a penas tres días me enteré que en el año 2006 falleció el Maestro Jose Antonio Almazan Alanis, profesor de la Facultad de Derecho. La noticia me causó sorpresa y tristeza porque él fue mi maestro en 2 semestres de la carrera. Recuerdo mucho sus clases, su preparación, pero lo que más recuerdo es su persona, es decir, lo recuerdo como un hombre siempre sonriente pero a la vez muy serio, propio, formal, y sumamente educado. Asistí el día de ayer al homenaje post mortem que le hicieron y constaté mi pensamiento, no hubo una sola persona que no hiciera alusión a la educación y pulcridad del maestro.



Pero ¿a que viene esta introducción?, viene a que ayer me di cuenta con los conferencistas y conmigo misma que él realmente trascendió en muchos o todos quienes tuvimos el honor de tomar clases con él.

En algunas clases de Teoría Jurídica Contemporanea II, con el Profesor Federico Arce, hablábamos de la importancia para el ser humano de la "Trascendencia", y decíamos que es casi tan importante sobrevivir como el sentido de trascender, somos finitos como el entorno, por ello necesitamos en términos por ejemplo reproductivos trascender.

A su vez este sentido de trascendencia puede confrontarse con la sociedad, y veíamos el ejemplo de Hitler, del mochaorejas, evidentemente han trascendido en nuestra historia, sin embargo amarga forma de trascender ¿No creen?

Decíamos también que el sentido de trascendencia genera la necesidad de crear sistemas de contención frente al otro: la ética y la moral. De esta forma garantizamos que todos alcancen su trascendencia pero poniendo límites al otro.

Hoy yo les pregunto ¿De qué manera quieren trascender? Buscamos trascender como profesionistas, como escritores, como deportistas, como padres o como hijos, sin embargo creo que nunca debemos olvidarnos de trascender como verdaderos seres humanos, porque como decían ayer, el día que nos vayamos de este mundo material, lo único que quedará es el recuerdo de nosotros en las personas, ojalá ese recuerdo sea grato como el del Profesor Jose Antonio Almazan Alanis, quien durante 30 años ininterrumpidamente dió clases en la Facultad de Derecho, y quien dirigió cerca de 280 tesis, esto es aproximadamente 10 tesis al año obtenían el grado de los cerca de 30 alumnos que dirigía al año. Además de su fase altruista, que como decían ayer, ni su familia conocía porque a él no le gustaba que supieran lo que hacía por los niños con capacidades especiales.

Su amor a la docencia era tan grande que días antes de morir, cuando tuvo conciencia después de varios días de estar cedado, lo primero que hizo fue decirle a su hermano "Oye, háblale al maestro ...... y dile por favor que estoy en un bachecito pero que en cuanto me recupere me integro a mis clases", cosa que ya no le fue posible hacer.

Quisiera finalizar con 2 frases que recuerdo mucho que cada clase el profesor nos decíay que ayer me recordaron:
1. Que su mano derecha no sepa lo que hace su mano izquierda.
2. Jóvenes estudien, porque el día que dejen de estudiar serán menos abogados.
Agradezco al Maestro José Antonio Almazán Alanis su tiempo, su dedicación y esmero por la educación, el amor tan grande que tuvo a la docencia y por ende al alumnado, sin lugar a dudas su mejor manera de trascender, es a través de las enseñanzas que sembró en cada uno de los que fuimos sus alumnos. Gracias Maestro.
"Vive de tal manera que cuando nazcas seas tú quien llora y cuando mueras sean otros los que lloren por tu ausencia"

1 comentario:

  1. Morir y ser recordado, es una forma de trascendencia. PERO NO LA VERDADERA TRASCENDENCIA

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