Aristóteles... pensaba que al hablar de democracia se trataba de una mala desviación del régimen republicano, de una desviación demagógica, puesta al lado de la oligarquía y de la tiranía como formas perversas todas éstas de gobernar las ciudades. Una vez que ya hemos hablado del proceso electoral y el abstencionismo, considero que no podemos dejar de lado lo que es la democracia, pues si bien es cierto, ésta es la columna vertebral de nuestro país, aunque en la realidad no se cumpla.
Hablar de “democracia” en nuestros días es sumamente difícil porque la definición es una, la aplicación otra y lo que debería ser conforme al desarrollo de la sociedad otra. Sin embargo podemos mencionar que Aristóteles pensaba que al hablar de democracia se trataba de una mala desviación del régimen republicano, de una desviación demagógica, puesta al lado de la oligarquía y de la tiranía como formas perversas todas éstas de gobernar las ciudades [1], Kant algo similar pensaba pues decía que la democracia es necesariamente un despotismo, porque las multitudes no estaban calificadas para gobernar con la razón sino con sus impulsos. Tanto los antiguos pensadores como la mayoría de los modernos creían que la participación de los ciudadanos tenía que someterse a ciertas reglar de comportamiento para así evitar que las asambleas condujeran a un caos, pues lo que entonces ellos entendían como republicano, estaba más cerca de nuestra concepción actual de democracia.
Actualmente democracia se define como “Forma de gobierno en la que todos los miembros de la población intervienen en las decisiones políticas en condiciones de igualdad” [2] y democracia electoral también entendida como democracia representativa se define como “Régimen político en el que los individuos y grupos organizados disputan, mediante elecciones competitivas, las posiciones de poder gubernamental y legislativo, prácticamente todos los ciudadanos adultos disfrutan del derecho al voto y existe un alto grado de libertades cívicas y políticas (Gasiorowski, 1996: 471)”[3]
Es ahora pertinente hacer mención de que democracia y elecciones son términos íntimamente ligados, es por ello la mención y breve explicación sobre democracia.
Hay toda una historia sobre la evolución del proceso electoral y la democracia, desde que era entendida como algo contrario a lo que es hoy en día, por lo cual daremos un salto hasta el siglo XIX, donde no sólo se consolidó la idea de soberanía popular sino que se fue ensanchando el concepto de ciudadanía hasta abarcar, ya entrado el siglo XX, a todas las personas con derechos plenos que conviven en una nación, de igual manera en este siglo nacen los partidos políticos que finalmente vienen siendo la fórmula más acabada que ha conocido la humanidad para conducir los intereses, aspiraciones y expectativas de la sociedad hacia el gobierno.
Los partidos políticos es otro tema muy interesante y trascendente para nosotros, pero para no desviarme de mi objetivo principal en el presente, sólo me permito mencionar unas palabras del autor Norberto Bobbio al manifestar que “…. la verdadera democracia de nuestros días ha dejado de cumplir algunas de las promesas que se formularon en el pasado y ha culpado a los partidos políticos de haberse convertido en una de las causas principales de esa desviación…”, más adelante se retomaran éstas palabras del autor.
Para saber que un régimen es democrático es indispensable la representación política de la voluntad del pueblo, y evidentemente para obtenerla, hasta hoy no existe otro camino que el de los votos y el de los partidos políticos. Es por ello que sin elecciones no habría una democracia, aunque es importante aclarar que la democracia no se termina en las elecciones, sino que continúa a través de la misma participación ciudadana en otras formas, pues una vez que el partido político o bien su representante es electo, éste se tiene que someter a ciertos controles ciudadanos que exige la misma democracia, pues si no lo hace se arriesga a que en futuras elecciones su partido pierda el poder.
Por lo tanto la participación electoral ha de llevar a la representación ciudadana en los órganos de gobierno gracias al voto, y esta representación se sujeta a la voluntad popular gracias a la participación cotidiana de los ciudadanos, allí está la esencia de la importancia de la participación ciudadana en los comicios electorales.
Ahora bien por lo que hace al proceso electoral, el Instituto Federal Electoral lo define como “el conjunto de actividades y procedimientos de organismos electorales, partidos políticos, candidatos y electores, normados jurídicamente, cuyo propósito es la organización y desarrollo de la competencia electoral, para asignar cargos de representación y/o gobierno en función de los resultados electorales. Los procesos electorales consisten en un despliegue temporal de eventos articulados secuencialmente, y que pueden agruparse en diversas etapas del proceso electoral. Generalmente se ubican en cuatro etapas: preparación de elecciones, jornada electoral, resultados y declaraciones de validez de las elecciones y finalmente, el dictamen y declaración de validez de la elección.”
Es así que la democracia moderna y actual no podría funcionar sin los procesos electorales. El fin último de la democracia política moderna [4] es prevenir el abuso del poder por parte de los gobernantes frente al resto de la ciudadanía. Y a su vez las elecciones permiten poner en competencia a distintos aspirantes a diversos cargos de elección popular y esa misma competencia propiciará vigilancia de unos a otros para detectar irregularidades en sus rivales, lo que les permitirá ganar ventaja política sobre ellos.
[1] http://www.ife.com.mx/ Aristóteles, La política, Libro Cuarto, Porrúa, México, 1985, pp. 221-226.
[2] http://www.ife.org.mx/docs/IFE-v2/UTSID/Biblioteca/2006Tesauro-part1.pdf
[3] Idem
[4] Es un sistema de gobierno en el que los ciudadanos pueden llamar a cuentas a los gobernantes por sus actos en el dominio público, a través de la competencia y cooperación de sus representantes electos.
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